Solución ágil y pragmática
A pesar de que en Nuevo León nos encontramos en una región con mucho dinamismo y empuje hacia la productividad y el desarrollo tecnológico, pareciera que el problema de la contaminación carece de elementos suficientes para convocar masas críticas de solucionadores que abonen a la mitigación del problema.
De pronto se volvió habitual la vista de nuestras montañas y edificios lejanos envueltos en smog dejándonos solamente con las preguntas de ¿Cuándo?, ¿Cuándo fue que dejamos que esto sucediera? y … ¿Cuándo lo irán a solucionar?
Pareciera la tormenta perfecta: nuestra incapacidad de reaccionar ante eventos con impactos diferidos (así murió la rana en la cacerola con agua a fuego lento) y la tendencia a esperar que los demás resuelvan los problemas donde muchos están relacionados. Esta misma enfermedad se presenta en las empresas: si no se percibe una afectación al corto plazo y pareciera ser transversal a varios departamentos es muy probable que todos esperen a que los demás hagan algo; hasta que ese algo no llega.
Para el problema de la contaminación existirán alternativas de solución que avanzarán de acuerdo a la velocidad que permitan los protocolos establecidos en las instituciones, pero también existirán alternativas de solución que pudieran surgir desde espacios de análisis que definan como requisito de solución una aproximación pragmática y ágil. El pragmatismo y la agilidad podrían ser requisitos duros desde la definición del problema.
¿Cuántos en Nuevo León no estarán versados en los fenómenos relacionados con la contaminación como lo son los fenómenos climatológicos, termodinámicos, dinámica de fluidos, química y otros? ¿Qué haría falta para tener una pluralidad de espacios de análisis-solución autogestionados en los que puedan generarse propuestas pragmáticas-ágiles que vayan abonando a la mitigación de las problemáticas críticas como la contaminación? ¿Es mejor esperar la solución de una sola fuente o promover una variedad de opciones?
¿Qué será peor?: ¿No darnos cuenta que ya estamos en la cacerola a fuego lento o la apatía de esperar a que los demás resuelvan? ¿Qué alternativas existirán o se pudieran diseñar para aumentar los esfuerzos de solución autogestionados?