Los productos de consumo dependen altamente de las apariencias y de la subjetividad de los consumidores, sus personalidades y gustos. Como mencionamos aquí, para innovar exitosamente es necesario entender y proyectar la conducta humana y capitalizarla con beneficios para el cliente y la empresa. A partir de lo que hemos analizado en diferentes proyectos, una de las principales razones por las que esto no se logra es por hacer un cambio muy arriesgado para el segmento meta.

¿Cómo evitar innovaciones arriesgadas?

Muchas veces se dedican los esfuerzos de innovación en buscar ideas de productos que destaquen por lo novedosas que parecen o por ser los primeros en aprovechar tecnologías emergentes. Algunas empresas pueden creer que la mejor innovación es aquella que es radicalmente diferente a lo que se ofrece en el mercado. Desafortunadamente, en muchas ocasiones no es así. Siempre que se lleve a cabo una innovación se debe considerar el riesgo que la innovación representa al consumidor.

En las zonas industrializadas, los consumidores adoptan con mayor facilidad los productos nuevos basados en tecnología porque creen que dicha tecnología les traerá un beneficio. A pesar de esto, existe mucha resistencia de adopción con ciertos productos. La resistencia surge porque adquirir un producto nuevo representa un nivel de cambio alto en las rutinas del consumidor. Un producto nuevo implica una barrera de aprendizaje y de cambio de uso. Esta resistencia puede ser pasiva (los consumidores no tienen inclinación alguna por el nuevo producto), resistencia activa (los consumidores perciben la innovación como riesgosa) o resistencia muy activa (los consumidores están convencidos de que el producto es malo y evitan que otras personas lo adquieran).

Si se enfocan los esfuerzos de innovación solamente en desarrollar ideas nuevas y no en dimensionar los factores de resistencia de adopción, se corre el riesgo de presentar al mercado un producto que no tenga una recepción adecuada. Cada industria es diferente, por lo que es necesario caracterizar los factores de resistencia específicos del producto, para posteriormente dimensionarlos y desarrollar planes de acción que busquen minimizarlos. Esto aumentará la probabilidad de que los consumidores se animen a probar el nuevo producto y se familiaricen con él rápidamente.

¿Cómo aumentar la probabilidad de éxito en la innovación?

Te recomendamos optimizar el riesgo para el segmento meta. Puedes empezar por desarrollar la capacidad de proyectar el comportamiento del segmento meta. También trata de entender el grado de riesgo y la distancia de la solución con el producto habitual. Detecta y derriba las barreras que evitan que el consumidor se arriesgue. Ayúdale a entender los beneficios que puede obtener al tomar un riesgo controlado.